Atlahapa: el silencio su mejor secreto

*Al cruzar los umbrales de una ciudad caótica es un privilegio encontrar un lugar tan cercano para sumergirse en un mundo donde la hospitalidad convive con la diversidad natural y la tranquilidad que invita al reposo; y a menos de 15 minutos de la capital tlaxcalteca

Beto Pérez

San Sebastián Atlahapa, Tlax. – El sol asoma tímidamente entre las montañas, tiñendo el cielo de colores suaves; un viento suave sopla el aroma de los cultivos y el canto de las aves. La plaza principal, siempre animada, es el punto de encuentro donde los lugareños comparten risas y anécdotas.  Aquí, el tiempo parece detenerse; los ancianos cuentan historias de generaciones pasadas, mientras los niños juegan bajo la atenta mirada de sus padres.

El verdadero tesoro de Atlahapa se encuentra un poco más allá, en la Laguna de Acuitlapilco, un espejo de agua, rodeado de vegetación exuberante, las montañas majestuosas son su escenario también.

Es un refugio para quienes buscan la paz y la conexión con la naturaleza. En sus orillas, la vida silvestre se despliega en todo su esplendor: aves de colores vibrantes dibujan piruetas en el aire y ranas croan como si celebraran la vida que brota en cada rincón.

La laguna, además de ser un espacio de belleza natural, es un lugar cargado de significado para los habitantes de Atlahapa. Las manos callosas de los campesinos, asentados a su alrededor, saben cómo leer las corrientes y los secretos que el agua guarda. El silbido del viento entre los juncos se mezcla con las historias que cuentan, relatos de días en que la laguna fue más generosa y el cielo, más azul.

Con el paso del tiempo, este cuerpo de agua ha enfrentado desafíos: la contaminación y el cambio climático han puesto en riesgo su ecosistema, sin embargo, la comunidad ha respondido con iniciativas de conservación, recordando que el cuidado de la laguna es también el cuidado de su propia identidad.

Las jornadas de limpieza se han convertido en una actividad comunitaria, donde niños, jóvenes y ancianos trabajan codo a codo, conscientes de que la preservación de este paraíso acuático es vital para las futuras generaciones.

La Laguna de Acuitlapilco no solo es un espacio de ocio, sino un símbolo de resistencia y esperanza.

En sus aguas se reflejan los sueños de los habitantes de San Sebastián Atlahapa, quienes, a pesar de las adversidades, mantienen vivo su legado cultural y su amor por la tierra que habitan. Con cada amanecer, la laguna sigue siendo un espejo que invita a la reflexión, un lugar donde la naturaleza y la comunidad se entrelazan en un abrazo eterno.

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